-
Blog
- Lectura 3 min
Atención al cliente del futuro: herramientas multilenguajes
La atención al cliente o el Help Desk ha recorrido un largo camino desde sus inicios en la década de los 60, cuando los procesos eran manuales y el enfoque era reactivo, es decir, se atendían los problemas de los clientes solo después de que surgían. A medida que avanzaban los años, particularmente en las décadas de los 80 y 90, la introducción de los computadores y sistemas de tickets permitió a los agentes resolver problemas de manera remota, marcando el inicio de una era más eficiente de la atención al cliente.
Con la llegada del internet en los 2000, los portales de autoservicio comenzaron a empoderar a los clientes, permitiéndoles encontrar soluciones a problemas comunes sin la necesidad de contactar a los agentes. Además, herramientas como los chats y correos electrónicos se convirtieron en canales de comunicación rápidos y eficientes. En la década de 2010, las redes sociales se sumaron a estos canales, ofreciendo escalabilidad y flexibilidad, ganando rápidamente popularidad en todo el mundo.
Hoy en día, la importancia del soporte al cliente es más evidente que nunca. La forma en la que se brinda atención al cliente ha cambiado drásticamente en los últimos años, y continúa evolucionando. La retención de clientes, por ejemplo, es crucial, ya que cuesta entre 5 y 10 veces más adquirir un nuevo cliente que retener uno existente. Además, las empresas con clientes leales tienen un 66% más de probabilidades de aumentar su rentabilidad.
Sin embargo, el camino hacia una atención al cliente óptima no es fácil y presenta varios desafíos. La falta de integración y visibilidad con otros sistemas puede generar frustración tanto para los clientes como para los agentes. Un estudio reciente de Spiceworks reveló que cerca del 63% de las empresas usan herramientas de atención al cliente que tienen más de 5 años, lo cual es inaceptable en un entorno tan dinámico. Además, el volumen y la complejidad de las solicitudes están en constante aumento. Gartner estima que para el 2025, el 50% de todas las interacciones del servicio al cliente serán automatizadas, dejando las solicitudes más complejas para los agentes humanos.
Entonces, ¿cómo podemos resolver estos desafíos? La respuesta está en la inteligencia artificial (IA).
La IA puede transformar la atención al cliente tradicional de varias maneras:
- Integración y análisis de datos: la IA puede integrarse con sistemas CRM y ERP para acceder a toda la información relevante del cliente y mejorar la calidad del soporte. Además, puede identificar productos o servicios específicos que causan problemas y tomar medidas proactivas.
- Herramientas actualizadas: con la IA, es posible proporcionar soporte 24/7 a través de chatbots inteligentes y herramientas de autoservicio más completas, evolucionando los portales de autogestión. La IA también permite prever problemas potenciales y ser más proactivos en el soporte.
- Gestión del volumen y la complejidad: la IA puede clasificar tickets según la naturaleza del problema y ofrecer respuestas sugeridas a los agentes, reduciendo los tiempos de espera y mejorando la satisfacción del cliente.
Los beneficios de la IA en la atención al cliente son claros:
- Mejora en la eficiencia y productividad: los agentes pueden trabajar de manera más eficiente con la ayuda de la IA, lo que les permite manejar más consultas en menos tiempo.
- Reducción del tiempo de resolución: con herramientas avanzadas y análisis de datos, los problemas se resuelven más rápidamente.
- Mayor satisfacción del cliente: los clientes reciben respuestas rápidas y precisas, lo que mejora su experiencia y lealtad.
- Personalización y escalabilidad: la IA permite personalizar el soporte y escalarlo según las necesidades, brindando un servicio más adaptado a cada cliente.
La era de la inteligencia artificial está aquí para transformar el Help Desk y la atención al cliente, haciéndolos más eficientes, proactivos y personalizados. Adaptarse a estas nuevas tecnologías es esencial para cualquier empresa que desee mantenerse competitiva y ofrecer un servicio de calidad en el futuro.